El placer de ser mamá
Qué podría ser más hermoso que escuchar la voz angelical de tu bebé
al gritar tu nombre porque te necesita a su lado. Ese llamado es inigualable, es pura
dulzura para tus oídos y una inyección de amor para el corazón.
Con la llegada de un pequeño a casa se adquiere un manifiesto que ni el
mismo Spiderman tomó tan en serio: hay una gran responsabilidad. Y eso va muy encaminado con
las reglas de la vida y, porqué no, con los dictámenes de la sociedad. Ahí
es cuando aplica la famosa frase de “querías tener hija[o], ¿no?”
Cuidar y proveer a los hijos no es una labor difícil, quien lo diga
quizá debería de sentarse a pensar un poco si realmente lo quería en este
mundo. Desde la perspectiva del Indie Emergente es una tarea divertida que
requiere de toda la energía más un plus, que generalmente sirve para reacomodar
la casa al final del día.
La integración del papá en los cuidados, que antes eran sólo maternos, son
más palpables, sin embargo, por naturaleza, hay situaciones que solo las mamitas pueden ejecutar como es amamantar. Entre eso y otras actividades, parece -y es
casi un hecho- que ellas son las que se llevan la parte más pesada.
La artista francesa Nathalie Jomard también
es mamá de un pequeño, que como todos en la etapa de maduración, es un
torbellino dentro y fuera de casa. Con sus experiencias, decidió utilizar sus
dones para crear una serie de ilustraciones que representan la extraordinaria y
placentera vida de ser la que trajo al mundo un ser más.
Es posible, o casi lo podemos asegurar, que muchas madrecitas que lean y
vean este post se van a sentir identificadas con estos dibujos. Las
expresiones, el lenguaje corporal y el rictus de ser la progenitora de tan sutil angelito les va a arrancar una sonrisa o probablemente a un viaje en el
tiempo donde el dolor y la vergüenza eran
[son] el pan nuestro de cada día.
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