La transformación de los muñecos
Con
el nacimiento de un bebé [o en su gestación]
vienen los primeros regalos. Cuando los familiares y amigos se enteran que
viene en camino un pequeñito el primer instinto se dirige a regalarle algo.
Los muñecos de peluche son los objetos por
excelencia para incluirse en la felicidad de esta nueva criatura. Pareciera [no
lo sabemos a ciencia cierta] que su objetivo es convertirse en fiel e incondicional acompañante de los pequeños [algunos
grandes los siguen teniendo].
El peluche representa la amistad y el
cariño del donante, pero también adquiere la personalidad de confidente, paño
de lágrimas, acompañante de viajes
y aventuras y, por supuesto, en protector para esas noches donde se
cree que de la inmensidad de la oscuridad saldrá un ente que espantará el sueño
y al niño.
Es
indudable que el muñeco recibirá un nombre, ya sea el original
porque proviene de una caricatura, un cómic o un libro, o será rebautizado por
una característica física. Los que son padres, cuántas veces han tenido que
regresar a casa porque a sus hijos se les olvidó la mascota inanimada. Así de
importante es.
Hay papás que una vez que sus hijos crecieron y dejaron de lado a ese
amigo, los guardan en algún
lugar de la casa, conservándolo como un recuerdo
invaluable, mismo que en algún momento de una reunión o en la visita de la
novia o el novio será el protagonista de las anécdotas infantiles [además de
las vergüenzas].
Con
el paso de los años los muñecos van
sufriendo los embates de la vida que llevan a lado de su dueño, así que no
se ven igual que cuando llegaron a casa. Esto lo demuestra el proyecto Too Much Love de la fotógrafa
alemana Katja Kemnitz.
Su inspiración vino de los juguetes de
su hija quien les
otorgó tanto amor que con el tiempo el desgaste
se ve evidenciado en las imágenes que captó. Seres que no faltaron a ninguna
cita infantil, que estuvieron en el suelo, en manos de otros amiguitos y que
tienen un deterioro ¿natural? propio
de los niños.
¿Alguno
de ustedes aún conserva muñecos en estas, o peores, condiciones? Para ver más
de la obra de Katja Kemnitz, den click en su
nombre.
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