La tipografía... una elección difícil
Cuando abrimos el procesador de textos de la computadora y empezamos a escribir, queremos darle una buena presentación, que la escritura se vea atractiva a los ojos que nos van a leer. El tipo de letra es fundamental, porque de ello dependerá que la lectura –visualmente hablando- sea ágil o cansada. Poco nos detenemos a pensar en ese punto.
La paquetería Office no ayuda mucho, pues nos da una gama de tipos de letras que ya no sabemos cuál elegir. Por regla general, buscamos la que sea diferente a lo acostumbrado o que se vea mejor, pero no pensamos que para leerlo va a ser pesado. En la escuela y en el trabajo por lo general se elaboran documentos con la Times New Roman (por cierto, creada para el periódico británico The Times, de ahí su nombre) o Arial.
Existe una tipografía que poco se usa en la actualidad: la helvética. Creada a finales de los 50 en Suiza, cobró una gran relevancia porque se convirtió en la letra de impresión de los libros y revistas debido a las máquinas Linotipias. Su importancia duró algunas décadas hasta la aparición de las primeras computadoras.
Actualmente la industria editorial usa la helvética con menor frecuencia, ya que se ocupan diferentes tipografías, incluso se llegan a crear tipos de letras especiales para una publicación. Se dice que la tipografía arial es un clon de la helvética.
En el 2007 se hizo el documental titulado La Helvética que presenta discusiones de personas especializadas que la defienden y otros que la atacan. Dato aparte, el score corre a cargo de TV on the Radio. Con base en el documental, les dejamos la siguiente animación llamada Helvética in Motion:
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