¿Qué hay detrás de las portadas de discos?

Para los melómanos los discos son objetos de admiración, un oráculo que tiene el mensaje enviado por los dioses del sonido que se encuentra encriptado en notas musicales, muchas veces, magistralmente ejecutadas, sin importar el género.

Es innegable el placer que produce estar en una tienda de discos, buscar el objeto deseado, encontrarlo, tomarlo, formarse en la caja, pagarlo, salir de la tienda y saborear el momento en el que se le quita el plástico.

Aquí comienza la experiencia mágica de verse deslumbrado al introducir los dedos dentro de la caja para extraer el librito que contiene el arte del disco. El diseño que fue creado con base en las peticiones o ideas del músico o la banda.

Pero, ¿cómo se reconoce un disco que buscamos? Sencillo: a través de la portada. Sin ella no tendríamos ni idea de lo que buscamos. Lo que también se conoce como tapas son esenciales para crear una identidad entre el artista y el fan.

A lo largo de la historia de la música se han concebido trabajos excepcionales que son reconocidos por cualquier persona. Basta colocar un triángulo con un arcoiris para saber que hablamos del disco Dark Side of the Moon de Pink Floyd, así como el The Wall que son líneas horizontales y verticales que asemejan el muro de Berlín.

En el pasado más acá, los discos de vinil, por su tamaño, tenían una serie de diseños que formaban parte de los anaqueles de coleccionistas. Algunos eran -o siguen siendo- capaces de comprar dos, uno para dejarlo intacto y el otro para ser escuchado en el tocadiscos.

Los discos compactos vinieron a reducir el trabajo artístico de la portada, pero no por ello menos importante. Hay fanáticos que cuando las portadas son oscuras, prefieren tomarla con guantes o lavarse las manos para no dejarle marcadas las huellas digitales. Así es el radicalismo melómano.

El frente de los empaques de los LP's es tan importante como la música y el artista. Con la llegada de los archivos mp3 y m4a se ha ido perdiendo la identificación con los grupos. La compra en línea nos entrega sólo las canciones, aunque hay opciones que ofrecen el arte en formato PDF, pero ya no hay ese contacto físico que transporta al estudio de grabación y creación artística.

Aquí aplica la frase de “la primera impresión es la que cuenta” y eso se da con los productos musicales. Cada género tiene una tendencia en diseño: la salsa, el rock, la música clásica, el new age, el indie, el reggae, el hip hop. Rara vez se mezclan, además de que en las tiendas los clasifican.

El plano con el que se trabaja para diseñar una portada sólo es uno. Pocas veces se han visto portadas en tercera dimensión, ya sea por los costos altos o que pudieran resultar poco atractivos.

Como bien dice su nombre, la portada nos muestra una sola cara y la contraportada tiene la numeración y el título de las canciones, así como datos técnicos que son obligados por cuestiones de las disqueras y sus procedimientos jurídicos.

¿Alguna vez se han preguntado qué hay detrás de una portada? Para ser más específicos, ¿cómo se vería el otro lado de una portada?

Hay una persona que se ha dedicado a plasmar lo que hay en la parte posterior de algunas de las portadas más representativas de la historia del rock. Harvezt es un usuario de Flickr que da a conocer su trabajo bajo el nombre de The Dark Side of the Covers.

Este álbum contiene más de treinta piezas que engloban a músicos y bandas como Nirvana, David Bowie, Rage Against The Machine, The Beatles, Led Zeppelin, Depeche Mode, Joy Division, Pink Floyd, Muse y Metallica, sólo por mencionar algunos.

La idea de Harvezt radica en mostrar cómo se ve desde atrás o del lado contrario la melena de Eddie, icono de Iron Maiden o el dorso de la mano que sostiene la navaja de rasurar del disco British Steel de Judas Priest.

El uso de los colores y proporciones definidas hacen de los trazos un trabajo perfecto que cubriría las expectativas de cualquier músico que quiera poner estos diseños como una contraportada.