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Reír es una de las  manifestaciones de la alegría . Tratemos de estirar la comisura de los labios y poco a poco intentemos sonreír, eso nos hace sentir mucho mejor , entre más natural salga esa sonrisa, de una forma sincera, como un gesto cualquiera hará nuestros días más ligeros. Nos reímos de lo que vemos, de lo que oímos , por el placer de un hecho, por gestos cómicos, ocurrencias de nuestros amigos, algo necio o soez , por preguntas y frases absurdas , por ironías inteligentes y divertidas, hay personas que ríen más que otras, por qué, no sabemos, pero hay quienes logran contagiar. Es una manera de afrontar la vida, pues al final la risa es nuestra defensa ante la sociedad. La sonrisa es una señal social de gran valor . Si se hace con sinceridad, como muestra de agradecimiento en las relaciones personales o sencillamente cuando estamos felices esta acción desencadenará una cadena de actitudes positivas. Y justo una vibra positiva y feliz

Las visitas a los museos o galerías siempre nos dejan un aprendizaje. El potencial de esos espacios es la conservación del patrimonio cultural. Obras de reconocidos artistas están montadas en museos de diversas partes del mundo, estos sitios fueron pensados y construidos con la finalidad de resguardar la cultura de los pueblos, son el principal medio para preservar, investigar y difundir el patrimonio cultural del orbe, guardan importantes y amplios acervos: pinturas, esculturas, fotografías y diversas piezas de arte invaluables. Ver en vivo y a todo color piezas de famosos artistas siempre ameritan una fotografía –que también conserve un momento memorable en la vida de quien se la toma-, ahora la clásica selfie, que sea la evidencia de que es real que la persona estuvo ahí. No sólo obras de museo, también monumentos y edificios son el blanco de los disparos fotográficos. La creatividad de fotógrafos profesionales y aficionados ha colocado a

¿Cuántos de ustedes han jugado a esconderse ? Escondidas, escondidijo, escondidillas es un juego popular y muy sencillo que no requiere más que mínimo dos jugadores y, por supuesto, un buen lugar para esconderse . Cualquier espacio dentro de la casa, un parque o un jardín son buenas opciones para ocultarse. Los niños son muy simpáticos al jugar a las escondidas , pues hay quienes creen que es suficiente con taparse los ojos y ¡listo! Nadie los ve. Creen que están ocultos para los demás tan solo con taparse los ojos, como si al cerrar los ojos o llevarse las manos a ellos, una capa de invisibilidad se extendiera a su alrededor. Investigadores de la Universidad de Cambridge implementaron un proceso de eliminación para saber la causa de esta costumbre en los niños. Todo parece indicar que los niños realizan una asociación entre el “yo” y los ojos , lo cual les lleva a pensar que cuando se los tapan, son invisibles.