La utopía de lo políticamente correcto
Vivimos en un mundo con doble moral y sólo basta revisar nuestro muro de Facebook para constatarlo: amistades que suben o comparten imágenes con leyendas llenas de positivismo, cuando fuera de ese muro sabemos que son lo contrario. Se vive de poses , de agradar a los demás , de aparentar , aunque la realidad sea inversamente proporcional. El término “políticamente correcto” engloba todas las reglas que tiene en su interior el Manual de Carreño: si vamos a un lugar donde no queremos estar, hay que poner buena cara; saludamos a quien no queremos; evitamos mentarle la madre al taxista, aunque nos rompa el espejo del auto; hacemos lo que no queremos con el único fin de ser una persona modelo. Dicen que dijo Jesús que hay que poner la otra mejilla... no lo creemos. Con está actitud dejamos en prisión el mostro que llevamos dentro, la furia contenida por gritar improperios y en su lugar liberamos a un muñeco que deja que le hagan lo que quieran.